28.6.05

En "El gaucho insufrible" Bolaño publica sus ¿últimos? relatos, pero lo que interesa es el final, "Literatura + enfermedad = enfermedad", donde puede leerse, comentando un poema de Mallarmé, ya en sus últimos días "Y menos aún se puede afirmar que uno ya ha leído todos los libros, pues incluso aunque los libros se acaben nunca acaba uno de leerlos todos, algo que bien sabía Mallarmé. Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos, nuestras esperanzas de paz. ¿Y qué le queda a Mallarmé en este ilustre poema, cuando ya no le quedan, según él, ni ganas de leer ni ganas de follar? Pues le queda el viaje, le quedan las ganas de viajar. Y ahí está tal vez la clave del crimen. Porque si Mallarmé llega a decir que lo que queda por hacer es rezar o llorar o volverse loco, tal vez habría conseguido la coartada perfecta.
Pero en lugar de eso Mallarmé dice que lo único que resta por hacer es viajar, que es como si dijera navegar es necesario, vivir no es necesario
(...)"

27.6.05


"Prueben a dejarlo todo diariamente"
Volviendo con "Los detectives salvajes", el personaje principal está inspirado en Mario Santiago, capaz por sí solo de crear una poética diferente. De él dice Bruno Montané Krebs "Uno de los primeros recuerdos que tengo de Mario, si es que no es el primero, es una escena en la que pedía que algún amigo le sujetara el libro de poesía que se empecinaba en leer mientras se duchaba. Sólo después de intentarlo él mismo durante un rato, decidió evitar que el libro se mojase y le pidió a alguno de los amigos que nos habíamos aparecido por su casa –entre ellos Roberto– que lo sostuviera. Todos celebramos la ocurrencia pareciéndonos divertido o más que genial que Mario no interrumpiera la lectura de unos poemas que tanto le gustaban, de tal manera que le era imposible, que era casi insultante que dejara de leer sólo porque en ese momento se tenía que duchar."
El manifiesto del movimiento infrarrealista, al cual perteneció Bolaño como lo atestigua esta fotografía (es el cuarto de las melenas de arriba) se resume en la última frase:

Existe un foro infrarrealista donde alguien le da las gracias a Mario Santiago porque "de él he aprendido a vivir otra vez y sobre todo, a robar libros."

24.6.05

Estoy leyendo "Los detectives salvajes", de Bolaño, equivocando el título de un consejo con gran fortuna. Dice Vila-Matas que sólo existen tres temas: la literatura, el sexo y los viajes, entendidos como búsqueda. O el conocimiento del observador, de otro observador y de lo observable. Esta historia subraya dicha afirmación y la resume: todos los personajes son poetas o todos los poetas personajes, como si México DF o París o Barcelona estuviera poblado de Pessoas de veinte años, o Rimbauds o Keatses, y como si al final sólo la literatura importase:


"Era un tipo curioso. Escribía en los márgenes de los libros.
Por suerte yo nunca le presté uno. ¿Por qué? Porque no me gusta que escriban sobre mis libros. Y hacía algo todavía más chocante que escribir en los márgenes. Probablemente no me lo crean, pero se duchaba con un libro. Lo juro. Leía en la ducha.
¿Que cómo lo sé? Es muy fácil. Casi todos sus libros estaban mojados. Al principio yo pensaba que era por la lluvia, Ulises era un andariego, raras veces tomaba el metro, recorría París de una punta a la otra caminando y cuando llovía se mojaba entero porque no se detenía nunca a esperar a que escampara. Así que sus libros, al menos los que él más leía, estaban siempre un poco doblados, como acartonados y yo pensaba que era por la lluvia.
Pero un día me fijé que entraba al baño con un libro seco y que al salir el libro estaba mojado. Ese día mi curiosidad fue más fuerte que mi discreción. Me acerqué a él y le arrebaté el libro.
No sólo las tapas estaban mojadas, algunas hojas también, y las anotaciones en el margen, con la tinta desleída por el agua, algunas tal vez escritas bajo el agua, y entonces le dije por Dios, no me lo puedo creer, ¡lees en la ducha!, ¿te has vuelto loco?, y él dijo que no lo podía evitar, que además sólo leía poesía, no entendí el motivo por el que él precisaba que sólo leía poesía, no lo entendí en aquel momento, ahora sí lo entiendo, quería decir que sólo leía una o dos o tres páginas, no un libro entero, y entonces yo me puse a reír, me tiré en el sofá y me retorcí de risa, y él también se puso a reír, nos reímos los dos, durante mucho rato, ya no recuerdo cuánto. "
Hola, hoy me han llamado introvertido, y me he picado y he comenzado este blog. Teniendo en cuenta la corta vida de los blogs, esto no me va a hacer más extrovertido pero sí me va a ayudar como terapia. Por cierto, con Google en internet está pasando lo que con Microsoft en los ordenadores, se está quedando con todo, hasta con los blogs. Bueno, dejo ya mi primer post, que soy muy introvertido.