10.8.06


En medio del camino de la vida,
errante me encontré por selva oscura,
en que la recta vía era perdida.

1301. Dante está desterrado de por vida de su ciudad, Florencia. No volverá a ver a su familia, quizá sí a alguno de sus hijos. Beatrice murió hace diez años: cuando has llegado al infierno es el momento de ir al psicoterapeuta. Decide dar sentido a sus días "Tejiendo con amor en un volumen,lo que en el orbe se desencuaderna". La ascensión hasta el Paraíso dura los últimos diecisiete años del autor. Diecisiete años acompañado de Virgilio y Beatrice (se concibe la Comedia como un arriesgado culto a la Diosa en los albores de la inquisición). El más salvaje de todos los poetas promete a Beatrice escribir la Comedia: "Después de este soneto, tuve una admirable visión, en la que vi cosas que hicieron que me propusiera no decir más de esta bendita hasta que yo pudiera más dignamente tratar de ella. Y para llegar a ello estudio cuanto puedo, así como ella lo sabe de verdad. De modo que si pluguiere a aquel por quien todas las cosas viven, que mi vida dure por algunos años, espero decir de ella lo que nunca fue dicho de ninguna. Y después quiera aquel que es sire de la cortesía, que mi alma puédase ir a ver la gloria de su dama. Es decir, de aquella bendita Beatriz, la cual gloriosamente contempla el rostro de aquel qui est per omnia saecula benedictus"
Borges, gran lector de Dante, la resumió y actualizó en El Aleph. Renegaba las traducciones vulgares y prefería la de Carlyle. De entre las traducciones se considera la de Ángel Crespo la mejor en castellano. Es famosa la del argentino Bartolomé Mitre, del que son las siguientes palabras:
"Dante es el poeta de los poetas y el inspirador de los sabios y de los pensadores modernos, a la vez que el pasto moral de la conciencia humana en sus ideales. Carlyle ha dicho que La Divina Comedia es, en el fondo, el más sincero de todos los poemas, que, salido profundamente del corazón y de la conciencia del autor, ha penetrado al través de muchas generaciones en nuestros corazones y nuestras conciencias. Humboldt lo reconoce como al creador sublime de un mundo nuevo, que ha mostrado una inteligencia profunda de la vida de la tierra, y que la extremada concisión de su estilo aumenta la profundidad y la gravedad de la impresión. Su espíritu flota en el aire vital y lo respiran hasta los que no lo han leído."