Parece que la hijueputa conexión ya me funciona bien. Estos días he estado leyendo unos blogs de admirados paisanos, el de Álvaro Valverde y el de Gonzalo Hidalgo Bayal, que además gozan de sana intertextualidad clásica, no electrónica. Celebro que por gajes del ecosistema los blogs hayan desbancado a las webs, y así hoy se habla del blog de fulanito y no de su web, que por lo demás seguro que carecía de interés no comercial.
Fernando Vallejo, egregio divulgador del taco superior, es como si Rulfo un día se hubiera levantado un tanto Cela y un poco García-Márquez, y le salen libros como "La Rambla paralela".
Vallejo: "En ese instante, abriéndose a sí mismo en su inmensidad necia, en su necedad inmensa, surgió el otro: el mar salado, el mar estúpido:
—¡Al carajo! ¡Al carajo! ¡Al carajo! —iban diciendo las olas sin parar.
A veces se lo disputaban el sol y la luna jalando cada quien por su lado; a veces no y jalaban juntos.
—Entonces se dan las mareas altas —pensó el viejo.
Y pasó a pensar en la fuerza de gravedad, que era la que lo mantenía atado a la tierra. Un pensamiento que para él era el acabóse. Cada vez que la recordaba sentía el peso de los pasos, la dificultad para andar.
—Hay algo que me jala hacia el centro de la tierra, donde está el infierno.
—¡Qué va! El infierno está aquí arriba, en la superficie, a nivel del mar.
—Nunca más va a volver a volar la paloma.
—Olvídate de la paloma. Hace de cuenta que era el Espíritu Santo y que lo fulminó un rayo.
—Si pudiera..."